Domesticando caballos y electrones
Hace poco más de un siglo, la velocidad a la que podía correr un caballo era la máxima velocidad a la que podíamos transmitir información. Hacer llegar una noticia de Madrid a Barcelona eran 15 horas ininterrumpidas de caballo. En internet esa misma información recorre esa misma distancia en menos de una décima de segundo. De 40 kilómetros por hora a 300.000 kilómetros por segundo en menos de un siglo.
Lo trascendente no es que ahora nos comuniquemos mas rápido, sino que ahora nos comunicamos a la velocidad de la luz, que es la máxima posible. Ojo, ya no nos limita nuestra tecnología, nos limitan las propias leyes de la física.
¿Recordaremos el siglo XX como el siglo en el que aprendimos a domesticar los electrones?